Fue
la primera sonrisa
que recibí en El Canelo.
Desde entonces yo me esmero
en honrarla con justicia.
Se
llama Olga Cisterna
y hace honor a su apellido:
Van por cauces de agua
clara las cartas que ha repartido.
Ella
es toda miel y risa
no alardea su desvelo.
Ya se le ha nevado el pelo
de tanta calle que pisa.
Sobres
que, diligente,
entrega de mano en mano,
cartas que de otra suerte
se escribirían en vano.
Un
homenaje merece
esta dama consecuente
llevando letras que vuelan
para solaz de la gente.
Enrique
Gray
|
|

Doña
Olga Cisterna, de El Canelo, se preocupa de repartir las
cartas para la gente de su pueblo, es voluntaria del Cuerpo
de Bomberos y miembro de la Junta de Vecinos.
|