Rolando
Naveas Leiton, poeta popular.
Poema
del 21/6/1990.
CAJÓN
DEL MAIPO
Cajón
del Maipo, tierra de la promisión
así al menos decía mi taita cuando yo
era cabro chico
y yo entonces evocaba como ahora
cualquiera de sus cerros perfumados de níveas
menudencias.
Ese
brillo pardo de agua desbordándose
por filudas crestas de su cordillera guerrera.
Tersas palmas verdiolivas de chacarería granate
vacas y bestias pastando bajo el cielo celeste de
niño en primavera.
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¡Cómo
te acuclilla el urbanismo!
Es triste ver cómo te interrumpen, terruño de
mi origen.
No hay luciérnagas en el camino, hay luces.
Espero Cajón de vega que no te transformes
en un cajón más de desperdicios (ya tienes bastantes).
En
todo caso para consolarme
recuerdo los gansos de mi abuela picoteándome las pantorrillas
sus perros y gatos, cabras y ovejas
gallinas y huerta y hasta chanchos y conejos...
Es
como hoja de pino la memoria que se pasea por mi mente
la memoria del pan amasado, queso de cabra, té o café
con leche de cabra, cazuela de ave, de cordero, de chancho
carnecita al jugo, conejito escabechado, una chichita
(vamos p’al bajo) y más pancito amasado, empanaditas
pastelito de choclo, ¡puta, en fin!, hasta libertys
o cabañas con filtro...
El caballo ensillado. Olor a bostas. Los perros ladrando.
El canto de los gallos en la amanecida (que no es lo mismo
que el amanecer, no ve que yo tomaba mate con Don Segua de
amanecida?).
La
maleza acezando, el zorro cacareando detrás de unos
lunes
y cantó la patagua, lo mismo van a hacer más
a la nochecita
los grillos y las sapas... moviendo el sapo de rana
debajito del sauce... ¡nunca pues!
Bueno, la cosa es que en el Cajón del Maipo todos cantan.
El sol y la sombrereada de las aves carnívoras
majestuosas aves carnívoras rapiñando entre
las melosas.
Cajón
del Maipo, campo de ríos azucenados
te he recordado siempre que no estoy contigo
en un lucky-strike y en una coca-cola
te huelo en el nescafé y te escucho en una cassette...
¡Puta la hueá... estoy contigo en el amor y en
el odio!
Campo mío, madreselva, ¡no te marchites!
Antes que el hombre te haga tira prefiero que revientes por
ti mismo...
Habla de esto, cajoncito querido, con el Tupungato y el San
José.
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