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ECOLOGÍA.
Sobre bolsas plásticas y otras calamidades...
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Por:
Juan Pablo Yáñez Barrios.
La
ignorancia ecológica de nuestro país es
notable. Es cierto que en otras partes es aún
peor, pero también lo es que parecemos sin sesos
comparados con países con conciencia.
Ignorar
la necesidad de cuidar el medio ambiente es falta de
cultura y retraso de conciencia. Una campaña
dirigida hacia la concienciación en este sentido
debe venir de las altas esferas. No me refiero a lo
divino, sino a lo profano: a las autoridades (in)competentes,
ya sean de alcance nacional o local. Chile se apasiona
en la politiquería, pero de política honesta
se habla muy poco.
Para
cooperar con la buena salud del planeta no hace falta
involucrarse en estudios o actividades complicadas. Basta
sólo con saber que nuestro cariño y respeto
no sólo deben ir dirigidos hacia los seres queridos,
sino también hacia elementos tan comunes como el
aire, el agua y la tierra. Cuidarlos significa cuidar
el mundo, y cuidar el mundo es cuidar a los que amamos,
que viven en él.
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¿Ha
visto usted la cantidad de bolsas y botellas plásticas,
botellas quebradas, pañales sucios, paños higiénicos
femeninos, condones, pilas agotadas y vaya a saber qué
otros desperdicios que abundan por las orillas de los esteros
del Cajón? Es un espectáculo digno de la no-sabiduría.
Cada cual
debería decirse para sí:
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Cuido el aire, no lo contamino ni con humo de quema de
desperdicios ni de motores de vehículos
en mal estado.
- Cuido la energía eléctrica, no dejo la
luz encendida si no la estoy ocupando ni el televisor
si no lo estoy mirando.
- Cuido a los animales y a los insectos porque ellos son
parte del equilibrio natural, y sólo me preocupo
de que no invadan mi entorno privado.
- Cuido las plantas y las flores, y a los árboles
no les saco su corteza.
- Cuido el agua, cierro las llaves que están goteando,
no riego en exceso y no ensucio los esteros y ríos
cuando voy de paseo.
- Cuido la tierra, boto los desperdicios no biológicos,
por ejemplo plásticos y pilas, a los basureros,
y en los paseos entierro los desperdicios biológicos
con el fin de que no se pudran a flor de tierra.
- Cuido el silencio, porque el bullicio de bocinas y eventos
pueden alterar los nervios de los vecinos, con el consecuente
mal para la comunidad entera. |
¿Será
exigirse mucho a uno mismo el imponerse ser consecuente con
estas ideas? ¿Y será mucho pedirles a las autoridades
(in)competentes que se preocupen de este tema?
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