Por:
Rubén Contreras Medina.
Tengo
la leve impresión de que la globalización
a pesar de tener como sustento visible la rápida
evolución tecnológica y ser canalizada
por grandes corporaciones empresariales, cuenta con
un elemento subjetivo, inconsciente y oculto, que de
ser comprendido y explotado puede traer grandes beneficios
a la humanidad toda.
Ese
elemento lo podemos encontrar al analizar como ha ido
desarrollándose la estructura social de la humanidad,
la que comenzó altamente atomizada, basada en
el individuo y su grupo familiar, pero que con el transcurso
del tiempo ha evolucionado hasta formar comunidades
que involucran una cantidad cada vez más grande
y diversa de individuos, llegando a nuestros tiempos
a la formación de grandes bloques o unión
de naciones.
Junto
con lo anterior, se puede encontrar en las distintas religiones
y filosofías orientaciones respecto a la esencia
del ser humano y del mundo que habita. Muchas de estas
religiones y filosofías tratan de explicar como
el hombre forma parte de un todo mayor que contiene las
partes, partes que a su vez contienen al todo. Sin embargo,
las religiones y filosofías entregan sus enseñanzas
en forma metafórica y paradójica, ya que
no existen palabras que puedan describir esa relación
tan confusa. Predican entonces que el hombre debe buscarlas
y entenderlas por medio de la experiencia, es decir, solo
las conocerá cuando las sienta. Lamentablemente
al utilizarse esas enseñanzas, se pierde la efectividad
y surge una gran cantidad de interpretaciones que ha menudo
no tienen nada que ver con lo que se pretendía
enseñar. Sin embargo, en la actualidad la ciencia
podría ofrecer una visión mas práctica
y directa de lo que pretendían las religiones y
filosofías, utilizando las teorías holográficas
fundamentadas en la memoria y el funcionamiento del cerebro
por parte de Karl Pribram, y en la física cuántica
por parte de David Bohm entre
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(...)
Porque un gran reino no aspira a otra cosa
sino a unir y a alimentar a los hombres.
El pequeño reino no aspira a otra cosa
sino a participar en el servicio de los hombres.
Cada uno obtiene así lo que desea.
pero es al reino mayor al que corresponde
rebajarse. (Tao Te King, LXI)
(Tao Te King, XXXVI)
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otros, en las
que este último señala por ejemplo "que la
fragmentaridad es una ilusión de la mente, en donde el
verdadero estado de las cosas es una totalidad indivisible",
asemejándose por ejemplo al "Tao" de Lao Tse,
al "Dios esta en ti" de la religión cristiana,
al "Advaitia" de la filosofía vedanta hindú,
etc.
Pero
sin duda alguna la globalización en estos momentos no
cumple con requisitos de unidad, por encontrarse en su fase
inconsciente y subjetiva, por no contar con una estrategia e
implementación que contengan los mas altos valores de
la humanidad, como por ejemplo la paz, el respeto por el prójimo
y su individualidad, la tolerancia, el amor, etc., valores aceptados
casi universalmente por todas las personas, aunque poco practicados
por las mismas.
Sin embargo,
quiero expresar que los procesos de transformación cultural
son inevitables, puesto que a través de la historia siempre
se han encontrado unas culturas con otras. Además, la
unión o integración de los pueblos o sociedades
no tiene porque ser sinónimo de perdida de identidad.
Si una cultura evoluciona o adopta otras costumbres, puede ser
porque la antigua cultura no permitía el desarrollo pleno
de las potencialidades inherentes del ser humano.
Distinguiré
a grandes rasgos dos tipos de integración: una de libre
acceso y una forzada (lamentablemente la más común).
Una de las principales características de la integración
forzada es que una de las partes involucradas tiene el poder
suficiente para atropellar y abusar del otro, llegando incluso
a arrebatarle su identidad cultural y autonomía. Como
ejemplo de esto tenemos la conquista y la evangelización
del pueblo indígena por parte de los españoles.
En otro
aspecto, la integración cultural libre tiene como fundamento
el consenso y la aceptación de normas por parte de las
sociedades involucradas, con el objetivo de llegar a relacionarse
armoniosamente, obtener el mayor beneficio de esta forma de
convivencia y mejorar la calidad de vida de todos los que se
integran en la unión. Un ejemplo claro de esto es la
actual Unión Europea, en la que sus miembros pueden ingresar
libremente previo cumplimiento de algunas exigencias. La unión
europea, más que al comercio, debe su origen a un grupo
de hombres que deseaban que Europa dejara de enfrentarse en
cruentas guerras y pudiese vivir en paz, como un gran pueblo.
Se aprecia entonces, que solo si se respeta la individualidad
se pueden lograr objetivos en común.
Pero en
la actualidad la globalización es un proceso llevado
a cabo principalmente a la luz del capitalismo y el desarrollo
tecnológico, por lo que las grandes transnacionales que
funcionan como agentes involuntarios del proceso globalizador
tienen como prioridad la maximización de la riqueza de
sus inversionistas. Bajo este supuesto que norma el mercado
de capitales y que por cierto dentro del marco económico
es bastante aceptable, muchas empresas desarrollan estrategias
de crecimiento particularistas, y puesto que en sus respectivos
países ubicados principalmente en la triada: Japón,
Estados Unidos y Europa, la legislación es lo bastante
estricta como para desincentivarlos a cometer errores de tipo
ambiental, social o legal en sus propios países, estas
grandes empresas buscan naciones que representen los menores
costos de inversión, con mano de obra barata y sin leyes
adecuadas de protección laboral ni ambiental. Podemos
notar que así como es culpa de algunas transnacionales
que abusan, la responsabilidad también recae en gran
medida sobre los gobiernos de estos países que toleran
el abuso que en muchos casos son manejados por una elite política
corrupta y pertenecientes al tercer mundo, así como también
de las grandes organizaciones internacionales como el FMI, el
Banco Mundial y Las Naciones Unidas, que no tienen la autonomía
ni el valor suficiente para imponer reglas claras a sus socios
mas poderosos (que en definitiva las controlan) en cuanto al
trato de las naciones más desposeídas.
Quiero dejar
en claro que no son todas las grandes corporaciones empresariales
las que cometen abusos, y que existe una esperanz que nace de
la competitividad de las propias empresas, al notar que dado
el lento pero creciente nivel de conciencia de los habitantes
de la triada, sus operaciones deben ser cada vez más
cuidadosas en cuanto al impacto social que estas puedan producir,
puesto que los consumidores de dichos países se están
volviendo cada vez mas reacios a comprar los productos de las
empresas que violan las reglas del juego, perjudicando la rentabilidad
de dichas empresas, obligándolas a desarrollar estrategias
en que la responsabilidad social y ambiental juegue un papel
cada vez mas importante. Es también necesario que esta
toma de conciencia se lleve a cabo en los países en vías
de desarrollo, que son los segundos mayores consumidores de
productos a nivel de naciones. Para finalizar, quiero decir
que para mí, la globalización representará
el más alto grado de evolución e integración
social de la humanidad una vez comprendida su esencia subyacente,
y si es llevada a cabo dentro de un marco de respeto y tolerancia
entre los pueblos.
Entonces,
en la medida que el ser humano deje la indiferencia consigo
mismo y con sus semejantes, que nos demos cuenta que nuestra
esencia subyacente es la totalidad y no las partes separadas
y que el cambio es lo único constante, y en cuanto exista
voluntad para hacer de esto algo real y no esperemos que un
ser superior venga a resolver los problemas creados por nosotros
mismos o por nuestra falta de visión, tal vez podremos
acercarnos cada vez más al paraíso, experimentar
el nirvana, o llegar a ver cómo ángeles con ardientes
espadas nos reciben en el reino de Alá.
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